Tu sabor y tu aroma revolotearon todo el día
a mi alrededor.
Nubes de mariposas y sueños zumbando alegres,
neblina dulce hinchando con suspiros mi pecho.
Mi mano extrañando la tibieza de tu espalda,
descifrando los secretos de tu piel.
... y en el costado izquierdo,
hundido,
sepultado,
el sable agudo de tu ausencia.
José Luis Mendoza Aubert
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