Flotando llego como lienzo al viento.
Tu imagen se posó cálida sobre mi cuerpo.
Cada pliegue arropó mi piel y mi alma,
descendiendo muy adentro en mi vida secreta.
Tu aroma serpiente, se entrelazo en mis anhelos.
El deseo de golpe me quito el aliento.
Ansia jubilosa nublando
mis confines.
Todavía suspenso y onírico
extendí mis brazos a tu imagen,
enredaderas anhelantes
queriendo ancorar sus cilios en tu esencia.
Para solo encontrar la helada ausencia
y el vacío.
El desconsuelo finco su morada.
En glorioso momento
tu recuerdo se acercó preciso,
abrazó mis extensiones,
avivando mi pasión.
Y con ternura infinita
desbocó su mas preciado beso
reventando mi sustancia de gozo sublime.
Tu sabor, tu presencia
me acompañaron en la negrura
hasta que la luz se instalo.
José Luis Mendoza Aubert
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