El frío gris arrastrándose lenta y cruelmente
va apagando la luz del paisaje.
Poco a poco las flores se cambian a sepia,
lentamente van bajando sus pétalos
y doblando su tallo rumbo al suelo.
El cansado Tonatiuh se arrastra
derrotado en el horizonte,
rojo, naranja, amarillo, blanco a gris y negro.
Desgarrando su vientre entre los distantes picos,
que buitres socavan sus entrañas,
salpicando las patéticas nubes
de escarlata y purpura.
Un cansado pájaro sin canto
apenas alcanza la rama
que cruje bajo su diminuto peso.
Aciago día donde el frío sale de adentro.
Se prepara la noche atroz a deslavar a oscuro
y pintar de hielo,
a cobijar antártica
los corazones solos.
Me enredo ovillo sobre mi mismo.
La esperanza de calor se desdibuja
desaparece sombra en la distancia,
aferrándose a una vaga imagen de ti.
El nuevo dia mora en una esperanza
que se quiebra,
en un recuerdo distante y grave,
entre el deseo y la bruma,
entre la fantasía y el sueño.
El inclemente viento abofetea mis heridas carnes,
mi corazón se disminuye
y acurruca en mi helado pecho,
tratando de huir de si mismo.
Mi pensamiento vaga entre las escenas
de la ultima batalla,
el vértigo matiza las precipitadas imágenes,
pensamientos,
sentimientos,
lagrimas y gritos
todo es caos y confusión,
y en la anarquía de la contienda
yo mismo me apuñalo.
Hoy necesitaba llama y tibieza
y no las encontré.
En su lugar escarcha y desesperanza.
Perdida,
extravío,
quebranto
y privación,
La vida del guerrero,
la muerte del guerrero....
José Luis Mendoza Aubert
No hay comentarios.:
Publicar un comentario