Atrás el Negro y el Frío

La tormenta con sus ruidos y relámpagos

     se disuelve en los recuerdos sepias y distantes.
Tímido, pero implacable, entre las avergonzadas cumbres grises

     aparece Tonatiuh, sereno derrama su liquida y poderosa luz.

Rayos sanadores ya borran angustias y dolores.

Siembran esperanzas sutiles en los lastimados campos del alma,

    abrazando amorosos las semillas de alegrías y placeres por crecer.

Este siclo que se forja ante nuestra sutil mirada

    es portador de nuevas eras con su bullicio de vida.
De nuevas y tibias esperanzas, que traviesas y contentas

   llenarán de flores y perfumes nuestros corazones.

Atrás la oscuridad y la noche, el negro y el frío.

Atrás culpas y miedos, atrás lagrimas y angustia.

Enfrente solo intensa vida y sol.

Deseo que te ames y ames profundamente,

    sin importar errores o caídas,

         solo el sol entibiará tu alma.

Es tiempo de decirle sí al amor y a la aventura de existir.

Es tiempo de perder el miedo y explorar nuestro interior.

Es tiempo de guardar silencio y escuchar la música del alma nuestra.

José Luis Mendoza Aubert