y mis nostalgias,
cuando ante mis ojos,
emergiste esplendida.
Mi deseo se tejió encaje negro
alrededor de tus hombros,
poblé de imaginarios besos
tu delicada espalda,
hilando el mas valioso alrededor de tu cuello.
Anhele urdirme hebra en tu cuerpo,
tapizar tu pecho con mi boca,
envolver tu delicioso vientre con mi aliento,
remendar mis caricias
en tus sutiles muslos,
enhebrar mi suspiro en tu interior.
Quise sentirte desnuda junto a mi pecho...
O cuando menos besarte...
Pero el secreto y mínimo abismo que nos separa
abofeteo mi intento....
Solo te vi partir...
Mi beso se estiro hasta rasgarse en tu vacío.
Nada mas tu hermosa sonrisa en la distancia
detuvo mi despeñamiento...
Prometiendo,
tal vez,
otro encuentro fugaz.
José Luis Mendoza Aubert
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